Cuece la pasta siguiendo las instrucciones del paquete. Reserva.
Precalienta el horno a 190ºC ó 375ºF.
Echa el ricotta, el perejil y la pimienta en un bol grande y remueve hasta que estén bien integrados.
Echa 1 taza de salsa marinara (250 ml) en un molde para horno de 20x20 cm (8x8 pulgadas). Puedes usar un molde de otras dimensiones, siempre y cuando quedan los conchiglioni.
Cuando la pasta se haya enfriado un poco para que puedas cogerla con las manos (puedes remojarla en agua fría) rellénala con la mezcla de ricotta y coloca los conchiglioni en la bandeja boca arriba.
Por último, echa 1/2 taza de salsa marinara (125 ml) sobre la pasta y hornea durante unos 30 minutos o hasta que la salsa esté caliente y burbujee.
Guarda las sobras en un recipiente hermético en la nevera durante 4-5 días.
Notas
Si no encuentras conchiglioni, puedes usar canelones o cocinar tiras de calabacín o berenjena a la plancha y usarlas como si fueran canelones de pasta.
El perejil se puede sustituir por albahaca o cualquier hierba que te guste.
En vez de salsa marinara se puede usar cualquier otra salsa de tomate.