Para la tarta de limón:
- Precalienta el horno a 180ºC (350ºF). Engrasa dos moldes para tarta de 23 cm (9 pulgadas). A mi me gusta poner además papel de horno en la base del molde. Reserva.
- Mezcla la leche vegetal y el vinagre en un tarro o un bol hasta que estén bien integrados. Deja la mezcla a temperatura ambiente durante al menos 5 minutos. Después de este tiempo, la leche espesará y cuajará.
- Mientras tanto, añade los ingredientes secos en un bol grande (harina, azúcar, levadura, bicarbonato, y sal) y mezcla hasta que estén bien integrados.
- Añade el aceite, el extracto de vainilla, la ralladura de limón, y la mezcla de leche vegetal y vinagre. Mezcla hasta que estén bien integrados.
- Divide la masa uniformemente entre los dos moldes.
- Hornea durante 30-40 minutos o hasta que al introducir un palito en el centro de la tarta, este salga limpio. El tiempo de horneado puede variar en función del horno.
- Deja enfriar los bizcochos unos 15 minutos antes de transferirlos a una rejilla y después, déjalos enfriar completamente antes de añadir el frosting. Si no tienes una rejilla, puedes usar un plato o lo que tengas a mano.
Para el frosting vegano de limón:
- Añade la mantequilla vegana a una batidora eléctrica y bate hasta que tenga una textura ligera y esponjosa. También puedes usar un bol y una batidora de varillas.
- Añade el zumo de limón, la ralladura de limón, y el extracto de vainilla y vuelve a batir.
- Poco a poco echa el azúcar glass, 120 g (1/2 taza) cada vez, y continua batiendo hasta que tenga una textura ligera y esponjosa.
- Si tu frosting es demasiado espeso, añade un poco de leche vegetal sin endulzar (la de soja es mi favorita). Si queda poco consistente, añade más azúcar glass hasta que espese.
- Decora la tarta usando una espátula o un cuchillo de mantequilla, añadiendo una capa fina entre la capa superior e inferior.
- Corta tu tarta vegana y sirve. Lo ideal es refrigerarla unos 30 minutos antes de servir, aunque esto es opcional.
- Guarda lo que sobre de tarta en un recipiente hermético en la nevera unos 3-5 días. También puedes congelarla hasta 1 mes, pero en este caso, congélala sin frosting y añádelo antes de servir.