Bate las almendras y los copos de avena en un procesador de alimentos hasta que tengan una consistencia como de harina o un poco más grande. A mi me gusta batirlos por separado para que queden más finos, pero no es necesario. Reserva. Si no tienes un procesador de alimentos, usa una batidora de vaso.
Bate los dátiles hasta que se trituren en trocitos más pequeños.
Añade las almendras y la avena que habías batido y la leche vegetal.
Bate hasta obtener una masa homogénea. Normalmente se suele hacer una bola en el procesador de alimentos.
Pon un papel de hornear sobre una encimera o mesa y extiende la masa con ayuda de tus manos o de un rodillo.
Colócala con el papel de hornear con cuidado sobre la bandeja del deshidratador y deshidrata a 40ºC ó 105ºF durante 3 horas o hasta que la masa esté lista (no tiene que estar pegajosa por fuera, sino más bien dura).
Dale la vuelta y deshidrata otros 30 minutos más para que esté bien hecha por los dos lados.
Déjala enfriar completamente y córtala con ayuda de un cuchillo para darle forma de barritas energéticas. Nosotros hicimos 8, pero sobraron los bordes para hacerlas más bonitas.
Decora con mermelada de chía y tus toppings preferidas. Nosotros le echamos almendras laminadas.