En un bol echamos los copos de avena, las almendras, las nueces, los dátiles, las semillas de sésamo y la canela en polvo. Podéis trocear los ingredientes a vuestro gusto o echarlos enteros.
En un cazo echamos el sirope de agave, el aceite, el extracto de vainilla y el agua, removemos y lo dejamos a fuego medio hasta que los ingredientes estén completamente integrados pero sin que llegue a hervir. Nosotros los dejamos hasta que el aceite de coco se derritió por completo.
Echamos los ingredientes líquidos sobre los secos y removemos con una cuchara para que la mezcla líquida se reparta por igual.
Ponemos nuestra granola sobre una bandeja de horno con papel de hornear y la colocamos en la altura central del horno (previamente precalentado) a 160 grados durante 25 minutos.
Cuando hayan pasado 10 minutos sacáis la bandeja y con ayuda de una cuchara o espátula le dais una vuelta a vuestra granola para que no se pegue demasiado y volvéis a meterla al horno.
Pasados otros 10 minutos volvemos a remover y añadimos los trocitos de mango deshidratado, que como ya es bastante seco, es mejor añadir al final. Volvemos a meter la bandeja otros 5 minutos en el horno.
Cuando han pasado los 25 minutos la sacamos del horno y dejamos enfriar completamente antes de retirarla de la bandeja. Lo ideal es guardarla en un recipiente hermético a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco, y consumirla en 15 días.