Echa una cucharada de aceite de oliva en un wok o sartén. Cuando esté muy caliente añade las verduras cortadas en juliana, el jengibre en polvo, 2 cucharadas de salsa de soja o tamari y el agua.
Cocina las verduras a fuego fuerte durante unos 5 minutos o hasta que estén al dente. Si ves que las verduras empiezan a pegarse y no están listas, añade más agua o salsa de soja.
Mientras, cuece los fideos en abundante agua hirviendo durante unos 5 minutos. Cuélalos y échalos en el wok.
Añade otras 2 cucharadas de salsa de soja o tamari, remueve y deja que se cocinen durante unos 2 minutos para que se mezclen bien con el resto de los ingredientes y para que tengan más sabor.
Sirve con sustitutos de la carne tipo seitán, tempeh o tofu para darle un toque proteico saludable.
Guarda las sobras en un recipiente hermético en la nevera durante unos 4-7 días.
Notas
Añade las verduras que tengas a mano, que estén de temporada o que más te gusten.
Si no puedes comer soja, sustituye la salsa de soja o tamari por aminos de coco o añade sal al gusto.
Echa las especias y hierbas que más te gusten.
Yo uso jengibre en polvo porque me resulta más cómodo (se conserva mucho mejor y aguanta más), pero puedes sustituirlo por jengibre fresco.
Los fideos asiáticos suelen llevar sal, así que no hay que añadir más al agua de cocción. Tampoco hay que echarle sal a las verduras porque el tamari (o salsa de soja) es bastante salado.
Si quieres una versión libre de grasa puedes eliminar el aceite y cocinar las verduras solo con agua y tamari o salsa de soja.
La información nutricional ha sido calculada usando 2 cucharadas de salsa de soja o tamari.