Lavamos las frutas y verduras y pelamos las naranjas.

Los ingredientes tienen que estar troceados para que quepan por el extractor y para que le cueste menos hacer el zumo.

Los introducimos poco a poco en nuestro extractor. Lo ideal es intercalar ingredientes ricos en agua como el apio o las naranjas con otros más fibrosos como el jengibre o las hojas verdes.

Podéis tomar el zumo tal cuál o colarlo para eliminar cualquier resto de pulpa.

Os aconsejo que limpiéis el extractor nada más terminar de hacer el zumo porque si no os costará mucho más trabajo.

¡Y ya está listo nuestro zumo! Lo ideal es tomarlo recién hecho, aunque podéis conservarlo en la nevera en un recipiente hermético, mejor si es opaco. Llenadlo hasta arriba para evitar que se oxide. El zumo se mantendrá vivo durante hasta 72 horas. También podéis congelarlo si queréis prepararlo en grandes cantidades, aunque en ese caso dejad espacio libre para que el bote no explote porque el líquido se expandirá. Lo ideal es tomarlo en una semana.