Cuando hemos exprimido 500 mililitros de zumo de naranja, echamos unos 200 mililitros en un cazo y lo ponemos a fuego medio junto con el ágave o el azúcar hasta que se hayan integrado. Retiramos del fuego y dejamos que se temple.
Añadimos la mezcla al zumo de naranja restante, removemos y probamos a ver si está lo suficientemente dulce, si no, habría que repetir el paso anterior añadiendo más ágave o azúcar.
Echamos la mezcla en un recipiente o bandeja y lo metemos en el congelador durante al menos 2 horas. Nosotros lo tuvimos toda la noche pero no es necesario, basta con que esté sólido.
Con ayuda de un cuchillo rompemos el zumo solidificado y lo echamos en un robot de cocina. Trituramos hasta obtener la consistencia de la última foto, es decir, hasta que quede suave y sin trozos de zumo congelado.
Servimos en nuestras naranjas-calabaza o en el recipiente que más os guste.