Deja la soja en remojo la noche anterior, idealmente durante un mínimo de 12 horas.
Cuélala y enjuágala.
Cuécela en una olla con agua hirviendo a fuego medio-alto durante 20 minutos.
Añade el vinagre, remueve y cocina entre 10 y 40 minutos hasta que la soja esté blanda. Las habas de soja pueden tardar entre 30 y 60 minutos en cocerse.
Cuela la soja, métela de vuelta en la olla y cocina a fuego medio, removiendo frecuentemente hasta que el líquido se haya evaporado.
Deja que se enfríe a 35ºC ó 95ºF. Yo suelo utilizar un termómetro de cocina, pero puedes hacerlo como quieras.
Añade el fermento iniciador de tempeh (hongo Rhizopus), mezcla hasta que esté bien integrado y deja reposar.
Para el siguiente paso, coge una bolsa de plástico con cierre o bien una hoja de banana como en el método tradicional. Yo siempre lo hago con una bolsa de plástico y se puede usar muchas veces.
Si usas una bolsa, perfórala cada 2.5 cm aproximadamente (yo usé un palillo de dientes y dos bolsas), reparte la soja entre las dos bolsas, ciérralas y aplana las habas de soja uniformemente.
Para incubar el tempeh puedes utilizar un deshidratador, una incubadora o el horno. Yo prefiero usar un deshidratador, aunque el horno también funciona muy bien.
Si usas un deshidratador o una incubadora, pon las bolsas en el interior y déjalas a una temperatura de entre 30-35ºC (85ºF-90ºC) de 24 a 48 horas.
Si utilizas el horno, pon las bolsas dentro durante 12 horas con solamente la luz del horno encendida. Después, sácalas y déjalas en un lugar caliente por unas 48 horas.
Después de entre 12 y 24 horas deberías empezar a ver micelio blanco creciendo en las habas de soja. El tempeh estará listo cuando el micelio cubra por completo y haya crecido entre la soja. No pasa nada si hay algunas manchas grisas o blancas.
Cuando esté listo, saca las bolsas del deshidratador, la incubadora o el horno y déjalas enfriar a temperatura ambiente
Guárdalo en un recipiente hermético en la nevera por una semana o en el congelador durante un máximo de 3 meses.