Esta panna cotta vegana es una versión vegetal y más sana de este tradicional postre italiano. Servida con una compota casera de arándanos, es un postre delicioso.
Echa la leche, el sirope y el agar agar en un cazo u olla y remueve con ayuda de unas varillas o una cuchara hasta que se integren perfectamente.
Abre longitudinalmente la vaina de vainilla, raspa las semillas con ayuda de un cuchillo y echa tanto la vaina como las semillas, además de las 2 tiras de piel de limón en el cazo u olla. Vuelve a remover.
Cocina a fuego alto hasta que la leche rompa a hervir, baja a fuego medio-alto y cocina durante un par de minutos removiendo constantemente.
Retira del fuego y cuela la mezcla, descartando la vaina de vainilla y las pieles de limón.
Reparte la panna cotta entre 4 recipientes individuales y déjala enfriar a temperatura ambiente durante un rato y luego en la nevera durante al menos una hora.
Para hacer la compota echa todos los ingredientes en un cazo u olla y cocina a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando, unos 5 ó 10 minutos o hasta que la mezcla espese. Echa la compota en un recipiente y déjala enfriar a temperatura ambiente.
Sirve la panna cotta con un poco de compota y unos pistachos troceados (opcional).
Puedes guardar los restos en la nevera cubiertos durante 4 ó 5 días.
Notas
Puedes usar cualquier endulzante tanto para la panna cotta como para la compota.
Si no quieres complicarte la vida, puedes usar cualquier mermelada envasada.