Incorpora el aceite de coco y pulsa hasta que obtengas una masa grumosa. Es importante que el aceite esté en estado sólido, así que si hace calor, te recomiendo que lo guardes en la nevera antes de usarlo en la masa de tu pasta brisa.
Añade 3 cucharadas de agua muy fría y vuelve a pulsar para combinarlo. Para saber si está lista, coge un trocito de la masa; si se pega entre los dedos, es que has añadido suficiente agua, pero si no, echa 1 cucharadita de agua cada vez hasta que obtengas la textura correcta. Ten cuidado de no echar demasiada agua o la masa será demasiado pegajosa y no podrás aplanarla con el rodillo.
Haz una bola con la masa y aplánala completamente con la ayuda de un rodillo de amasar. Te recomiendo que no uses demasiado tus manos para no calentar la masa.
Cubre un molde de tarta redondo con la masa quebrada vegana, corta lo que sobresalga por el borde y estará lista.