Este dulce de membrillo casero, también conocido como carne de membrillo, se hace con solo 3 ingredientes y queda como el de toda la vida. Si te preguntas cómo hacer dulce de membrillo en casa, verás que es más fácil de lo que parece: solo necesitas membrillos, azúcar y un poquito de zumo de limón, que es opcional pero ayuda a que el dulce quede con mejor color y textura.

Para hacerlo solo hay que seguir unos pocos pasos y tomárselo con calma, porque es una receta sencilla pero necesita su tiempo. Primero se prepara la fruta y luego se cocina con el azúcar y el zumo de limón hasta que queda bien tierna. Después se tritura, se pasa a los moldes y se deja reposar para que coja esa textura firme y compacta tan característica. El resultado es un dulce casero con un sabor increíble, muy tradicional y muchísimo más rico que el comprado.
El dulce de membrillo se suele comer acompañado de queso, una combinación muy típica en muchas zonas de España (yo en este caso he usado queso vegano de la marca Violife). También está muy rico untado en pan, servido con frutos secos o como relleno de tartas y empanadillas dulces. Es un básico de otoño que siempre apetece y que puedes disfrutar de muchísimas maneras.
Si te gustan las recetas caseras típicas del otoño, las manzanas asadas son un clásico que nunca falla y se hacen prácticamente solas en el horno. También puedes animarte con la compota de manzana, que es muy fácil, queda suave y es ideal para aprovechar manzanas que tengas por casa. Y si quieres algo rápido de verdad, las castañas asadas en el microondas quedan genial y están listas en pocos minutos.


Dulce de membrillo
Ingredientes
- 1 kg de membrillo ya limpio, ó 1,5 kg de membrillos enteros
- 750 g de azúcar
- 1 cucharada de zumo de limón, opcional, ver notas

Instrucciones
- Lava bien los membrillos antes de usarlos. De manera natural los membrillos tienen una pelusilla, aunque los de los supermercados normalmente ya no la traen. Si los tuyos la tienen, frótalos con un estropajo limpio para retirarla.
- Pon una olla al fuego con agua y, cuando rompa a hervir, introduce los membrillos enteros. Escáldalos durante 5 minutos y sácalos con cuidado. Este paso es opcional, pero ablanda los membrillos y hace que pelarlos y trocearlos sea mucho más fácil.
- Ahora tienes que pelar, quitar el corazón y las semillas y trocear los membrillos. A mí me gusta pelarlos con un pelador porque es más cómodo. Luego parto cada membrillo por la mitad, después cada mitad en 4 partes y les quito el corazón y las semillas. Por último, troceo cada parte en 2 para que se cocinen mejor. Déjalos en un bol con agua para que no se oxiden mientras sigues preparando el resto.
- Pon los membrillos troceados en una olla junto con el azúcar y el zumo de limón. Mézclalo todo y cocina a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que el azúcar se derrita y se integre bien con la fruta.
- Cocina entre 1 hora y 1 hora y cuarto a fuego medio-bajo (yo en mi vitro lo pongo al 4), removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Con 1 hora queda más suave y clarito, y con 1 hora y 15 minutos queda más firme, oscuro y con un sabor más intenso. Yo prefiero darle un poco más de tiempo para que coja más cuerpo y color.
- Tritura la mezcla con una batidora hasta que quede bien fina y sin trozos.
- Echa la mezcla en uno o varios moldes o recipientes aptos para alimentos, ya sean tuppers, moldes reutilizables o incluso moldes desechables de aluminio. Elige el tamaño que prefieras, según si quieres un bloque grande o varios pequeños, y alisa bien la superficie con una cuchara o una espátula antes de dejarlo enfriar.
- Deja que el dulce se enfríe por completo y luego tápalo y mételo en la nevera unas 24 horas para que coja una consistencia firme y compacta.
Notas
- El zumo de limón es opcional, pero ayuda a que el dulce tenga mejor color, una textura más firme y se conserve un poco mejor.
- En la nevera, bien tapado, puede durar varias semanas, e incluso de 1 a 2 meses sin problema porque tiene bastante azúcar.
- También se puede congelar. Lo ideal es hacerlo en porciones pequeñas. Para descongelarlo, pásalo a la nevera unas horas o de un día para otro. En el congelador puede durar unos 3 meses sin perder calidad.
- Si quieres conservarlo durante más tiempo, puedes envasarlo en tarros de cristal como se hace tradicionalmente: rellenas los tarros con el dulce caliente, los cierras bien y los dejas enfriar boca abajo. Así pueden durar varios meses en un lugar fresco y oscuro.















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